#6💡😌 Si las raíces del fenómeno del impostor no están dentro de tí, ¿por qué ahora tienes la responsabilidad de quitártelo de encima?
Fenómeno (que no síndrome) del impostor por sus raíces socioculturales en la Psicoletter del Emprendimiento #6
¡Hellouu! Soy Sara Enrique, psicóloga, investigadora y docente, y cada quince días te escribo una nueva edición de la Psicoletter: la newsletter de Psicología del Emprendimiento.
¿El objetivo? Acercar la ciencia y humanizar el emprendimiento.
Como el emprendimiento es un proceso de aprendizaje en medio del caos 🌪️, hablamos de temas muy curiosos y variopintos alrededor del bienestar -como parte del éxito sostenible- y de esos aprendizajes, ¡eso sí!, abrazando la diversidad de perfiles emprendedores.
Pretende ser 🍃 un soplo de aire fresco, cuando no hace frío.
¿Te unes?
Sí, tienes razón, basándote en la edición anterior me puedes decir:
“Sara, entonces, si aprendemos de fuera pa’ dentro, quiere decir que gran parte de la culpa de haber digerido interiorizado el fenómeno del impostor es del contexto sociocultural! Con lo que he sufrido! Y encima, ahora toca responsabilizarme para quitármelo de encima!!!”
Y sí, no te puedo quitar razón, de ahí que los científicos/as que lo investigamos (y Clance e Imes que lo acuñaron por primera vez en 1978), abogamos por llamarlo fenómeno y NO síndrome del impostor… porque la palabra síndrome pone el foco dentro de la persona, parece que la raíz del problema sea biológica o interna, inamovible.
Pero no, no hay ningún gen del fenómeno del impostor (y esperemos que siga así). Las últimas investigaciones, como las de Feenstra y sus colegas, apuntan a que sus raíces son contextuales.
First things, first:
A veces se confunde. Si eres una persona que sufre el fenómeno del impostor, te estás percibiendo a ti misma como que no eres lo suficientemente inteligente/competente, anticipas el fracaso (por ello, sufres y tienes muchas dudas sobre ti misma) y tienes miedo de defraudar a los demás a pesar de las evidencias OBJETIVAS* de éxito.
*Importante: sin estas evidencias objetivas de éxito estaríamos hablando de las típicas dudas y miedos del principiante, que es otro tema.
Una persona con fenómeno del impostor tiene miedo al fracaso, pero también miedo al éxito.👀 Menuda encrucijada 🫠 Luego deriva en procrastinación, perfeccionismo maladaptativo, ansiedad, burnout, insatisfacción laboral… nada bueno.
¿Qué hay detrás de esos miedos impostores?
Según los estudios, es un sentimiento paralizante debido a la dificultad de internalizar tus propias experiencias exitosas. Es decir, esta encrucijada de miedos se basa en que las causas de los tus éxitos las estás atribuyendo a factores externos, inestables e incontrolables. Tales como: “esta vez he tenido suerte”, “lo he logrado porque me han ayudado” o “porque tengo buenos contactos”.
Claro, si para tí ‘lo has logrado por suerte’ (causa externa e incontrolable), es super lógico que te entren dudas de si lo vas a volver a lograr a la próxima (de ahí el fracaso anticipado: ‘tengo miedo de no estar de nuevo a la altura’). Uhhh es el pez que se muerde la cola, un pozo sin fin…
Los demás te dicen con toda su buena intención: “Lo vas a petar como siempre! Seguro que te sale genial” y tú respondes con una sonrisa forzada y el ceño medio fruncido - para disimular. Y no, no es falsa humildad, más quisieras. El supuesto apoyo social (tan valorado), al digerirlo tú, se transforma en más presión, mayores dudas, más preocupación.
🥺
En cambio, cuando atribuyes la mayor parte de tus logros y tus éxitos a tu propia habilidad, competencia o inteligencia, estos miedos impostores se diluyen. Porque fíjate, estas causas del éxito son: internas y controlables.
😅Bueno, ejem, eso depende de la concepción de inteligencia y competencia que tengas… Ahí es donde se riza el rizo.
Espera espera, que el rizo es más largo. Y miedo al éxito, ¿qué tipo de éxito?🤔
Aquí es donde vuelve a tener la pelota el contexto sociocultural y los pícnics a los que has atendido desde peque.
Porque son los pícnics interacciones socio-culturales en los que te han ido metiendo desde que eras peque (sistema educativo, noticias, anuncios, rrss, series, películas, opiniones, bromitas…, y todo un mundo de normas sociales a los que te han expuesto), los que ayudan a que vayas normalizando e interiorizando lo que está socialmente aceptado en tu contexto y lo distingas de lo que no.
Esto se detecta rápido en las rrss con la rápida viralidad de los posts que atentan contra ‘lo socialmente correcto’. Lo que nos choca😯, capta nuestra atención rápido y lo expandimos/compartimos rápidamente, ya sea por indignación o admiración.
Aprender (construir aprendizaje) socialmente, no es malo, de hecho es muy adaptativo, pero ¿a qué contexto te estás adaptando?, ¿a uno inclusivo o a uno machista/homófobo/racista/aporófobo?, ¿a uno que fomenta el emprendimiento o a uno que te categoriza como ‘fracasado’ si lo intentas y no te sale a la primera?, ¿a uno que fomenta el emprendimiento diverso e inclusivo o a uno que te deja fuera?, ¿a uno que define inteligencia al que lo logra todo ‘rápido y a la primera’?, mmm, ¿y cómo se entiende socialmente el éxito en tu contexto cultural?, ¿qué mensaje transmiten las noticias sobre la persona emprendedora de éxito, alguien que nace o que se hace?,... Reflexion time💭 (seguiremos por aquí en la siguiente edición).
Menos mal que estas reglas socioculturales pueden cambiar y las vamos cambiando. Recuerda, en cada pícnic (=conversación), tenemos la oportunidad de enseñar y de aprender.
Pero a lo hecho, pecho... Si ya has digerido grasita de más (aunque a veces, inconsciente e involuntariamente), ya no hay vuelta atrás, solo puedes descubrir cómo quemarla🏃. Esto es, ya has interiorizado reglas/creencias sociales que han podido ser las causantes de tu ‘sufrimiento por fenómeno del impostor’. Primer paso, aceptarlo. Eso nos devuelve la pelota de la responsabilidad a los adultos. Ahora toca detectarlas y desenmarañarlas de tu red neuronal de aprendizajes para desterrarlas reemplazarlas por otras más actualizadas y adaptativas para tu bienestar y tus propósitos.
Ahh y este proceso no tienes por qué hacerlo sola, recuerda que aprendemos (construimos aprendizaje) socialmente, y esto pa’ lo bueno también sirve 😊. Rodearte/crear una comunidad con tus valores, obstáculos e intereses, apoyarte de expertos y profesionales, poder desahogarte con tus compis… En definitiva, buscar y construir esos pícnics que verdaderamente son nutritivos. Esos apoyos sociales bienintencionados, pero también reales. Los que liberan tensión, en vez de aumentarla.
Entonces, me preguntarás:
“Sara, como ahora tengo que responsabilizarme de quitarme ese fenómeno del impostor de encima, ¿a qué atiendo?, ¿qué dicen los datos?, ¿qué dice la ciencia?”
Desgraciadamente la gran mayoría de investigación sobre el fenómeno del impostor se ha realizado en empleados, trabajadores por cuenta ajena y en contextos no hispanohablantes. Dejando una laguna científica…
La del colectivo emprendedor!! Que aún atendiendo a sus diversidades (nada de estar todos en el mismo saco!), es un colectivo con unas características diferentes al del trabajador por cuenta ajena.
Aquí es donde entra la investigación que estamos llevando a cabo mi equipo ARMAQoL (de la Universitat de Valencia) y en la que te invito a participar simplemente respondiendo a una encuesta anónima y confidencial de unos 15 min (con aprobación del Comité de Ética de la UV).
Uno de los objetivos de esta investigación es desentrañar las raíces contextuales del fenómeno del impostor específicamente en el colectivo de personas emprendedoras. Un objetivo que forma parte del propósito principal (y el de esta Psicoletter, como ya sabes) de estudiar y fomentar el bienestar sostenible de las personas emprendedoras (un campo naciente, sobre todo en el contexto hispanohablante).
Un pícnic nutritivo del que quiero que formes parte.
🙃 cuantas más respuestas, más representatividad, mayor potencia estadística y mayor valor te puedo devolver (también a través de las próximas ediciones de la Psicoletter). Me haría mucha iluuu poder aportar desde y para ti.
Aquí te dejo el link a la encuesta:
https://www.estudioexitosostenible.com/
Y ya solo me queda decirte, como siempre:
¡Nos vemos pronto! 😌
Graciaas,
PD1: Si quieres, pero ahora no te viene bien responder la encuesta, te la puedes agendar para tu próximo coffe break.📫 Obtendrás un autoinforme personalizado y sin coste que incluye tus puntuaciones sobre el fenómeno del impostor. Ahh! y siéntete libre para compartirla.
PD 2: Si te perdiste las ediciones pasadas de la Psicoletter, puedes encontrarlas AQUÍ.
PD 3: ¿Te ha gustado? ¿Me compartes?🤗
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Referencias destacadas:
Feenstra, S., Begeny, C. T., Ryan, M. K., Rink, F. A., Stoker, J. I., & Jordan, J. (2020). Contextualizing the impostor “syndrome”. Frontiers in Psychology, 11, 575024.
Ladge, J., Eddleston, K. A., & Sugiyama, K. (2019). Am I an entrepreneur? How imposter fears hinder women entrepreneurs’ business growth. Business Horizons, 62(5), 615-624.
Vaya! Con esto me has dejado completamente noqueada: "Una persona con fenómeno del impostor tiene miedo al fracaso, pero también miedo al éxito". Me identifico completamente y creo que ese miedo al éxito es el más difícil de identificar. ¿Alguna sugerencia para esto?