#26💡😌 Cuidado vs. Trabajo
Porque ya no somos niños y niñas, pero seguimos siendo humanos - en la Psicoletter del Emprendimiento #26
¡Hellouu! Soy Sara Enrique, psicóloga, investigadora y docente, y cada quince días te escribo una nueva edición de la Psicoletter: la newsletter de Psicología del Emprendimiento.
¿El propósito? Acompañarte en tu viaje emprendedor para que sea sostenible y que el éxito no sea a costa de tu salud.
Pretende ser 🍃 un soplo de aire fresco, cuando no hace frío. ¿Te unes?
Tengo la suerte de poder teletrabajar. Uiiis, espera, ¿trabajar desde el hogar?
Si el trabajo se come al hogar, ¿dónde queda el plano del cuidado, entonces?
Eso pasó, (y, honestamente, cada vez menos, pero a veces me sigue pasando). Incluso en casa, entro en modo trabajo, en modo productividad a tope, y se me olvida cuidar(me) (puedo olvidar la hora del desayuno, ‘esto es urgentísimo, mañana ya iré al gym’, horas sin ir al baño, finalmente no podré salir hoy a las cerves, confío que mi pareja me hará la comida y la cena…). je je No me siento orgullosa, no… 🙃
Puede que esto haya funcionado en un momento puntual. Pero desde luego, no es nada sostenible ni en el plano salud personal, ni en el plano familiar.
Desgraciadamente, no soy la única. Estas conductas de hiperproductividad son bastante comunes tanto entre científicos como entre emprendedores, y no solo los que teletrabajamos (Gaiaschi, 2021).
Recuerdo una compi científica que en su defensa de plaza, como titular de uni, tras ser la número 1 en todas las listas dijo en público en el apartado de agradecimientos 🥲:
“Perdón hijo, por haber sido peor madre, por ser mejor profesional”.
Desde luego da que pensar. No quiero terminar mi tesis doctoral o empezar mi emprendimiento por todo lo alto pidiendo perdón por ser peor [pareja/hija/tía/amiga…], si no lo he elegido. Porque, entonces, mi bienestar tambalearía y, personalmente, también tambalearía mi éxito.
Si te pasa, te ha pasado o conoces a alguien que le pasa, quizá te hayas preguntado, como yo: ¿qué está fallando aquí?, ¿no se supone que más, era mejor?, ¿qué sostiene esta forma de trabajar tan insostenible (saludable-mente hablando)?
¡Quédate en la psicoletter de hoy, que lo vamos a desenmarañar!
Empezamos:
¿Cómo aprendemos las creencias sociales, los códigos de conducta, los roles y expectativas socioculturales, las tradiciones, lo que está bien/mal visto…, según el constructivismo social?
Sí, lo aprendemos de fuera pa’ dentro, interactuando con otras personas de nuestro entorno socio-cultural, al interiorizarlo, digerirlo. Pícnic a pícnic, ais🤭, digo, poco a poco, desde peques.
Y no, ese aprendizaje interiorizado no es inamovible🙌🏽, podemos modificarlo con pensamiento crítico y eligiendo conscientemente a qué personas y fuentes de info nos exponemos en nuestras nuevas interacciones sociales.
En este sentido, la psicoletter pretende ser una fuente de info y de interacción para que construyamos creencias más saludables.
jijiji🤭 Se viene pícnic vygotskiano:
Bien, ahora párate un momento, sitúa la memoria en tu niñez (piensa en tu experiencia personal cotidiana o en alguna serie, película, programa de tele o libro que contara una historia familiar) y responde:
¿Dónde aprendimos lo que significa "cuidar" y ser cuidados?
¿Dónde veías que tenían lugar tus cuidados básicos?: prepararte la ropa limpia, cocinarte, ducharte, darte afecto y cariño, escucharte, curarte cuando te caes, darte apoyo cuando algo no salió como esperabas, celebrar logros, respetar tus ritmos, reír a carcajadas, compartir tiempo…
1️⃣Probablemente, lo vimos y lo aprendimos desde bien peques, en casa o, con suerte, también en la escuela. Crecimiento, educación y cuidado iban (y van🤞🏼) de la mano.
Quizá lo recuerdes con ternura. O tal vez con nostalgia, con matices, incluso con dolor o ausencias. Cada historia es única. Pero…, no me digas que no viste o sentiste, alguna vez, que esas tareas de cuidado tienen muchísimo VALOR. Que tienen un peso inmenso, aunque no se suelen ni reconocer, ni agradecer (y menos públicamente). El cuidado, invisibilizado, se da por sentado.
2️⃣Paralelamente, vas creciendo. La adolescencia llega con su deseo (a veces torpe y otras veces urgente) de autonomía total (¡qué tiempos! jaj). Se empieza a idealizar eso de “ser un adulto autosuficiente”, porque claro, ser adulto es hacer lo que uno quiere, cuando quiere…, libertad, ¿no?
Y de repente 🥁🥁🥁 zas: aparece el plano laboral y, como no, el poder del dinerito. El dinerito que decide qué puedes o no comprar, viajar, estudiar, vivir...
En ese nuevo escenario, el cuidado parece desvanecerse🥲. El VALOR, que antes estaba en el sostén, la escucha, en el afecto, ahora lo absorbe, casi por completo, la productividad. Lo que vale, lo que se premia, lo que se mide (KPIs)…, es cuánto produces, cuánto rindes, cuánto generas. Las tareas productivas. Las que te hacen ganar más y más dinerito, porque claro, más es mejor... ¿no? 😅
Pero, ay, qué paradójico: para tener esa supuesta libertad, terminamos atrapados en jornadas infinitas, rendimientos forzados, sacrificio como bandera, y un modelo de trabajo (y de emprendimiento hegemónico) que premia (públicamente) la autosuficiencia, pero no sostiene el cuidado ☹️.
No nos culpo, ni a ti ni a mí.
No nacimos sabiendo esto. Lo fuimos interiorizando/aprendiendo con los años, en nuestras interacciones familiares, reforzado a través de modelos culturales, sociales y mediáticos. En series, pelis, noticias, libros…, donde el éxito (el que se aplaude) se representa como ese profesional que destaca entre los demás, que llega lejos por sí solo, sin ayuda, sin pausa, ambioso, rápidamente, sin descanso, a toda costa, a costa de otros¿?
Pero, en ese mismo relato, desaparece la cara B. Algo no cuadra si los % de depresión, ansiedad, estrés laboral y riesgo de suicidio, siguen subiendo.🫠
¿Qué pasa con el valor del cuidado en el plano laboral? ¿Por qué se disipó y se evaporizó? ¿Por qué las tareas productivas se quedaron con todo el valor si las tareas de cuidado (o tareas reproductivas, Araque, 2024) siguen siendo necesarias?
Ya no somos niños y niñas, pero seguimos siendo humanos.
La hiperproductividad y la autoexplotación puede romper (y ¡rompe!) personas y familias.
Al menos, las hace tambalear.
Y si el trabajo ocupa tanto espacio en nuestra vida (que lo hace), ¿no es urgente recuperar el VALOR del cuidado también ahí? Sí, también.
Normalizar descansos para reponer energías y motivación intrínseca, no mirar mal a quien los toma, momentos de conexión y diálogo, de escucha empática, la prevención de riesgos laborales, la limpieza, el hombro en el que apoyarte cuando algo no salió como quisiste, celebrar logros, respetar tus ritmos, reír a carcajadas, compartir tiempo… (Te suena, ¿verdad?🙃)
¡Ahh! Y no pueden faltar como tareas reproductivas (de cuidado laboral): Automatizar y aumentar tu eficiencia en horario laboral, para evitar calentar la silla y así disponer de más tiempo para (cuidar) tus otras esferas vitales: personal, familiar… Un ejemplo real y exitoso lo encontramos en la jornada laboral de 4 días implantada en empresas como Ephimera y La Francachela de María Álvarez y Elena García-Arévalo (+detallado en Araque, 2024).
👀 La hiperproductividad (el famoso 'más es mejor') no es lo mismo que la eficiencia (ganar tiempo para ti). Esta última puede formar parte de las tareas reproductivas si ese tiempo ganado se destina a cuidarte, y no a seguir hiperproduciendo.
Todo eso, también es cuidado.
No aparece directamente en los informes trimestrales. No figura en las métricas de productividad. Pero es lo que sostiene el ambiente, el vínculo, tu salud, el bienestar y hasta el rendimiento a largo plazo.
Uiiis qué casualidad😉😉, estas 3 patas (salud, bienestar y rendimiento), son las que vimos en la psicoletter anterior (#25) que son esenciales para que una carrera profesional sea sostenible (De Vos, 2020).
Tanto las tareas productivas como las reproductivas son igualmente necesarias para el éxito sostenible de tu viaje emprendedor.
¿Qué es el éxito sostenible emprendedor?
¿Cómo alcanzarlo y mantenerlo como tu compi de viaje emprendedor?
Sobre eso, respaldado con datos de mi investigación doctoral (+800 personas emprendedoras e intraemprendedoras), te hablaré en la próxima psicoletter (#27).
Justo de esto hablamos Amparo Oliver y yo esta semana en Bruselas, en el congreso SHE LiD 2025. ¡¡Se vienen cosiiitas!! 🌟 Nuestra investigación empieza a materializarse en acciones inclusivas e internacionales, en colaboración con la Universitat de València (UV) y la Sociedad de Hispanas Emprendedoras (SHE). ☺️ Suuuper interesante, ya te iré contando. Está en el horno… ¡a puntito de salir!
De postre:
+LADRILLOS PARA CONSTRUIR TU CARRERA EMPRENDEDORA SOSTENIBLE:
Recursos que voy encontrando dentro de la industria de emprendimiento humanizada (la que promueve una cultura emprendedora saludable y sostenible).
Se vale repetir jaja. Sigo recomendando el libro de Patricia Araque (2024): Emprender con calma. Mención especial al capítulo que me ha inspirado, titulado: “Reproducción vs. Productivismo”. No tiene desperdicio.🙂↔️
“El trabajo reproductivo es el conjunto de actividades que sostienen la productividad cuidando de uno mismo y de los otros en el entorno de trabajo” (Araque, 2024, p. 92).
¿Y tú? ¿Cómo te cuidas en el plano laboral? ¿Qué estrategias o herramientas utilizas?
¡Nos leemos! 😌
Graciaas,
PD 1: Aunque durante el pícnic vygotskiano anterior, no te he preguntado explícitamente quién o quiénes te cuidaban, el componente género que nos acompaña en estos análisis es tan potente, que se desborda.
El rol femenino, históricamente vinculado al cuidado, impregna tanto el plano del hogar como el laboral. Hablar de igualdad de género también es devolverle valor al cuidado, en ambos espacios, y reconocer su importancia estructural.
PD 2: Si te perdiste las ediciones pasadas de la Psicoletter, encuéntrarlas AQUÍ.
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Como siempre interesante 👏🏼 Me parece que lo más difícil de todo esto es que como se hace desde dentro de casa, ni siquiera parece trabajo. Y como no hay un marco claro, lo que se cuela no es solo más tarea, es también otra forma de exigencia. Y el hogar deja de ser refugio y pasa a ser oficina 24/7.
Bienvenida 👋, de nuevo. Lo incluimos en el diario 📰 de Substack en español?